23/3/08

PANDILLEROS, Un melodrama de barrio: Acto 3º

1 año después…

Ante el auge de las pandillas la policía, impotente, decide usar a Beto para introducirse en ese submundo hermético, encomendándole la misión de entrar en la banda de su hermano para su posterior desarticulación. Es la llamada "Operación Caín".

Así, Beto vuelve al barrio al que nació para traicionar a su hermano. Un barrio lleno de solares, yonquis, putas y familias rotas. Tras contar a todos como había sido escupido por el sistema por su origen, se integra en el barrio y hasta consigue convencer a Ray, ahora el segundo en el mando de los Peineta después de Cucamonga, de que le meta en la pandilla. Ray accede pues para él es la confirmación de que no hay felicidad posible en este mundo para su gente, y también de que sólo el camino de la fuerza, el respeto y el dinero fácil es la única alternativa que les queda.

Beto comparte con la pandilla noches de fiesta, de tráfico de drogas, de peleas con otros gangs y con la pasma, de palizas y robos a inocentes, en medio de sentimientos encontrados de rabia, lástima por su hermano, compasión por las víctimas y sentido del deber. Asiste día a día al hundimiento de Ray, bebido y colocado la mayor parte del tiempo, que alardea y se hace el duro frente a la pandilla sin mostrar escrúpulo alguno mientras en la intimidad, con Beto, llora por su amor perdido y su desdicha.

Pero los acontecimientos están a punto de precipitarse para nuestros protagonistas.

Finaliza en la próxima entrega.





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